martes, 20 de octubre de 2015

DE RUTILLA POR TIERRA DE MAGYARES: DE TARRAGONA A HUNGRIA (I)







Esta vez empezaremos con el mapa para visualizar la ruta fantástica que me gusta seguir cada vez que me desplazo a la siempre impresionante Europa del este, y la sigo cada vez por varios motivos, el primero es porque me encanta cruzar por la fascinante selva negra, segundo porque jamás paso cerca de Munich sin detenerme a tomar una estupenda weissbier en una excelente cervecería famosa que conozco y tercero porque me encanta conducir sin límite de velocidad.


Para los que no habéis estado aquí os dejo unas instantáneas.


El esplendor del centro de Munich.


Una vez ya en Austria el despertar con esta estampa desde tu habitación...


Este alojamiento lo cogimos por hallarse en pleno corazón de los Alpes austriacos y a la vez muy próximo a uno de los lugares que debíamos visitar por imperativo legal.


Ahí va una pista de ese lugar imprescindible y que ningún seguidor de los vestigios de la segunda guerra mundial puede perderse.






Aquí una muestra de que nos toman el pelo con el precio de la gasolina, esta foto la tomé en Alemania. 


Circular por los Alpes es siempre un placer aunque lo hagas por autopista.


Y llegamos, nos encontramos en el centro de interpretación del nido del águila, uno de los lugares míticos y que he reservado muchos años para poder visitarlo con mi mujer que en este viaje me acompaña.


Y el ascenso a la magnífica residencia no decepciona.








En este momento nos hallamos ya en el túnel excavado en la roca que conduce hasta el hall donde se halla el ascensor por el que los altos mandos del ejercito alemán accedían a la residencia de Adolf Hitler.


Esta foto no es lo buena que me gustaría pero muestra un poco el ascensor, en el cual íbamos hacinadas unas 30 personas.


La típica foto del nido del águila.


Bonitas vistas tenia desde el comedor.


En la actualidad este es el aspecto interior del comedor.





Una vista global del  complejo, con la entrada al túnel de acceso y en la cima la casa de verano.





La espectacularidad de la carretera de acceso era innegable.




Los famosos túneles esculpida en la roca hacen la carretera más recta...jajajaja.




Y el precioso lago que se puede ver desde el comedor del nido del águila aunque esta vez desde su orilla.


y como no podía ser de otra forma no podíamos evitar cenar en este precioso restaurant donde cenamos varios platos locales.


Y a partir de aquí ya solo nos quedan 400 y pocos km para llegar a Hungría, donde completaremos la Transdanubio hasta llegar al gran lago Balaton, otro escenario importantísimo de la segunda guerra mundial pero eso ya será par el próximo capítulo.