Si hay algún viaje soñado por todos los motards de Europa, ese es sin duda alguna el viaje a cabo Norte.
Cabo Norte esta en la mente de todos los que llevamos moto aunque este misticismo pierde su carácter cuando lo has realizado y te das cuenta que no era algo tan especial como imaginabas o te habían contado los viejos ruteros.
Todo empezó cuando alguien del Moto Club lanzó la proposición, me falto tiempo para organizar mis días de vacaciones y apuntarme al grupo que saldría con una solo meta: NORDKAPP. A pesar de esto y a medida que los días iban pasando me dí cuenta que la ruta que yo tenia muy clara no seria la del grupo puesto que discurría por Finlandia y eso llevaba asociada la palabra "ferry" y en mi ruta dicho artilugio no había estado nunca, otro de los factores que decantaron mi ruta sin el Moto Club fue que se uniera el cámara de una productora para filmar el viaje, lo que me faltaba, vamos en moto para sentir la libertad y nos llevamos un cámara, con todo lo que ello conlleva claro..., la balanza ahora sí que se habia ladeado totalmente hacia mi ruta elegida.
Con esta gran decisión tomada comienza lo que para mí es de lo más bonito del viaje, prepararlo y soñar en lo que verás. Empieza en estos momentos los días de encuentros con los compañeros, las llamadas a amigos motards y como no la lectura de blogs de motards para no olvidar el más mínimo detalle, fue así como estando en Dallas TX hablando con John cuando descubrí una de las carreteras más bellas del mundo y no porque lo diga yo sino porque así está catalogada, es la ATLANTIC ROAD, podéis leer el artículo que está en este mismo blog.
Faltan pocos días y hoy toca reunión para hablar del viaje, la reunión cena incluida la realizamos en casa de Chus, es aquí donde conocemos al cámara que les acompañará hasta NORDKAPP, trabaja para una productora que hace el programa "SOBRE RUEDAS" emitido por TVE.
Después de la cena tengo más claro aún que mi viaje no va a ser con ellos ni por su ruta, en la cual no figuraba ni la ATLANTIC ROAD, ni la pared de los Trolls, dos puntos ineludible en el viaje a cabo norte.
Así pues mí planificación está ya completamente decidida, 11.000 Km y 17 días (14+3) los tres días por si aparece algún imprevisto, la vía será la autopista para poder llevar un ritmo alto para completar la media necesaria de 800 Km diarios, usaremos un día para Francia, dos para Alemania incluyendo el paso por Dinamarca, uno en Suecia y cuatro en Noruega, esto es lo planeado para subir, teniendo en cuenta salir sobre las 9 de la mañana y parar sobre las 18 de la tarde y poder de este modo hacer algo de turismo o reposar tranquilamente y disfrutar de los bellos paisajes de la costa noruega con sus magníficos fiordos cuya imagen te transporta al mejor de tus sueños.
Para bajar lo haremos en solo seis días, un día para bajar hasta Suecia pero por Finlandia, luego en dos días cruzaremos Suecia visitando como no, la ciudad de los espías, Stocholm, otro día en Alemania y dos para Bélgica y Francia.
No voy a contaros las anécdotas y minucias que transcurren en todos los viajes porque se haría interminable pero si los momentos que más brillantemente recuerdo por el impacto visual que dichos instantes dejan en nuestro recuerdo de forma permanente.
El primero de estos instantes se produjo al cruzar de Dinamarca a Suecia, el día habia despertado nublado pero no hacia mucho frío y cuando estábamos saltando entre las islas en dirección al puente de Malmo de repente una larguísima caravana de coches me llamo la atención puesto que la carretera era excepcional y no era lógico dicho atasco, pocos Km más adelante pude comprobar que se debía a que estaba granizando fuertemente y en la calzada comenzaba a acumularse una cantidad ingente de pedrisco, una vez rebasada la tormenta y después de pasar Cobenham decidí detenerme ante la maravilla tecnológica que se erigía frente a mí, la unión entre Europa y Escandinava, cuando te encuentras frente a esta construcción no puedes dejar de sorprenderte por más que lo hayas visto en cientos de fotografías y documentales, su magnitud es tal que tuvo que construirse una isla artificial para llevar a cabo la obra, una vez en la isla artificial donde no se puede parar, me detuve para tomar unas instantáneas con el colosal puente a mis espaldas.
Una vez en Escandinava ahora habia que ir a cazar los recuerdos que necesitaba de Noruega, el primero seria la pared de los Trolls, ya veremos como se presenta la dichosa pared de los Trolls de la que tanto me habían hablado. En cuanto llego al principio del valle lo primero que encuentro es un camping con un troll tallado en madera a modo de atracción turística, eso si siempre rodeado de un entorno fascinante de naturaleza bucólica, empiezo el ascenso y el espectáculo natural es cada vez más sorprendente y cuando estoy mirando hacia la parte superior de la pared me percato que me acabo de saltar una señal de peligro que no puedo dejarme, se trata de la única señal en el mundo que advierte de peligro Trolls, después de tomar las oportunas instantáneas y al retomar el ascenso me encuentro con un grupo de alemanes con sus BMW claro está, a mitad del ascenso toca otra parada obligada motivada por una cascada de agua que se precipita de lo mas alto de la pared y que humedece de modo continuo el asfalto de la sinuosa carretera.
Una vez arriba la vista es panorámica y espectacular, la carretera se asemeja mucho al Stelvio aunque no es tan transitada y solo tiene una vertiente vertiginosa y curvada.
El segundo recuerdo será la mejor carretera por la que he conducido jamás no solo a nivel arquitectónico sino por el entorno paisajístico, es la carretera del atlántico, una carretera que se cobro muchas vidas durante su construcción por causa de los elementos y que ahora no viene al caso, pero que sin duda hicieron que los diseñadores la moldearan las formas tan particulares y preciosas que la caracterizan y que han hecho que sea catalogada como la más bonita del mundo, y realmente así es a pesar de hacerse corta.
El tercero y definitivo es la esfera armilar, lo que todos queremos ver, la meta final, para concretar más la esfera con el océano, pues bien menos mal que el resto de días de viaje han sido soleados, porque el día final amanece con una niebla tupida y un frío de espanto, por supuesto el océano ni apreciarlo, el reencuentro con los compañeros del moto club para tomar unas fotos y comer juntos, por cierto reno y ballena estofados y ambos deliciosos.
